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Por un Huerva realmente vivo
Las asociaciones ecologistas como ‘Huerva Vivo’ estamos a favor de proyectos que integren y dignifiquen nuestros ríos para dar más protagonismo a aquello que así lo merece. La integración de los cauces urbanos en las localidades debería ser materia obligada en los municipios que tienen la suerte de contar con tramos urbanos de ribera. Lo que actualmente en Cuarte de Huerva se está llevando a cabo desde hace unas semanas, una limpieza integral de sus riberas en el tramo urbano, es difícilmente entendible.
Según la Ley de Aguas, las actuaciones en cauces públicos de zonas urbanas corresponderán a las administraciones competentes, es decir, a la CHE. Si ésta da su beneplácito deberá hacerse de un modo sostenible y selectivo, no como está sucediendo en Cuarte donde se está arrasando con todo y no hay proyecto actualmente aprobado y consensuado. Los trabajos se realizarán siempre fuera del periodo vegetativo, dice la Ley. En Cuarte esto tampoco se está cumpliendo.
La Directiva Marco del Agua establece la prevención del deterioro del cauce, la protección y mejora del estado de los ecosistemas acuáticos. Está prohibida toda actividad susceptible de provocar la contaminación o degradación del dominio público hidráulico y, en particular, de acumular residuos sólidos, escombros o sustancias que provoquen un peligro de contaminación de las aguas o de degradación de su entorno.
La vegetación y sedimentación, como la que se está retirando en Cuarte, forma parte de la dinámica fluvial. La vegetación tiene un valor ambiental indudable, asegura la estabilidad de las orillas, es un hábitat ideal para gran número de especies, actúa como filtro frente a la entrada de sedimentos y sustancias químicas en el cauce. En Cuarte, con el movimiento de lodos, han reactivado uno de los tres ríos con más metales pesados y una mayor contaminación de toda la cuenca, según recoge la CHE.
Con la retirada de vegetación y sedimentación, que además posee un gran valor paisajístico, recreativo y cultural, el cauce se convierte en un canal, aumentando la velocidad del agua y el poder dañino de una avenida. Debemos saber que la inundación periódica de ríos cumple una función de laminación de las avenidas y pérdida de velocidad de las aguas, así como de fertilización de los suelos de vega y recarga de acuífero. No debe, pues, ser corregido salvo peligro para las personas o la inundación de zonas urbanas, pero los ayuntamientos obvian esta máxima, planificando instalaciones y construcciones en zonas inundables. Cuarte y otros municipios de la Ribera del Huerva son expertos en ello.
Antaño se cuidaban y trataban los cañaverales, especie traslocada que se introdujo hace ya siglos en Aragón. Se reciclaban anualmente con las cortas y el aprovechamiento del material para la construcción de cañizos, cielos rasos, cestas, cuévanos, persianas, cerramiento. Hoy se está arrancando y, para recuperar riberas, se usan especies exóticas invasoras como la acacia, sauces, eucalipto, el ailanto, los aligustres japoneses, las variedades de chopos de producción o el olmo pedunculado.
En el caso de retirada de vegetación muerta, clareos, podas y desbroces, ha de ser mediante medios manuales y mecánicos. En Cuarte se está haciendo con excavadora y camión de obra y en plena época de cría y nidificación. La optimización de los medios debe priorizarse para aquellas actuaciones que vayan a perdurar en el tiempo. Lo realizado está siendo inútil ya que está empezando a crecer otra vez. Hacer limpiezas exageradas en momentos puntuales solo es electoralismo y sólo está sirviendo para hacer un macro pipi-can.
Todo lo arrasado está siendo transportado al Punto Limpio del ayuntamiento. Un lugar sin vallar en casi todo su perímetro y donde los materiales se almacenan de modo anárquico. No hay proceso de recuperación, reciclaje o compostaje o bien se ven bidones de materiales líquidos sin clasificar. Se ha convertido en un vertedero incontrolado donde pueden verter lo que les plazca y cuya acumulación de material podría provocar un incendio. El impacto visual de basura, abandono y degradación de dicho Punto Limpio también afecta al entorno natural del Huerva y las fincas rústicas donde se sigue cultivando.
Ante la negligencia medioambiental que nos inunda, nos preguntarnos si el ayuntamiento de Cuarte de Huerva quiere integrar el río o más bien lo que quiere es realizar un canal donde la vida natural de la ribera no interfiera en sus planes y, simplemente, desaparezca.
Mª Ángeles Mercader Jiménez
Presidenta Asociación Huerva Vivo
Entre 1743 y 1746 se terminó de construir la presa de Mezalocha (Zaragoza), una presa arco-gravedad de mampostería de unos 23 metros de altura sobre cimientos, y unos 58 m de longitud de coronación. Esta presa se rompió el 20 de junio de 1766, precisamente este año, precisamente, se ha cumplido el 250 aniversario de este acontecimiento.
D. Ignacio Jordán de Asso (1742-1814), ilustrado aragonés que aparece esculpido en la escalinata del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, lo describió con gran precisión: “Dicha obra se perfeccionó enteramente y subsistió hasta el 20 de junio de 1766, en que sin aluvión, ni crecida de río reventó la mampostería, que se había construido en el estrecho.”
La presa se rompió fundamentalmente por un fenómeno conocido como “sifonamiento”. La presa no se cimentó sobre la roca, sino que su zona central se apoyó en el cauce del río directamente sobre las gravas y arenas del aluvial. Como describe D. Antonio Lasierra (1899): “…las aguas empezarían arrastrando el fango y las arenas más finas, las arenas gruesas después y llegando a tener cierta importancia la filtración por debajo del macizo de los cimientos, el esfuerzo de la corriente fue sucesivamente, llevando ante sí materiales más gruesos, hasta que dada la exagerada curvatura del dique, empezaría a inclinarse por su centro aguas arriba, a cuartearse, por consiguiente, y por fin a su completa y paulatina destrucción”.
Hacia 1770 el municipio de Muel acordó reparar la ermita de Nuestra Señora de la Fuente después de los daños causados por la avenida de la rotura de la presa, contratando a Francisco de Goya y Lucientes para que decorara las cuatro pechinas de la nueva capilla y que se pueden contemplar a fecha de hoy.
Una curiosidad interesante de reciente descubrimiento por quien suscribe e inédita, es que D. Francisco de Goya y Lucientes realizó un conjunto de dibujos preparatorios y láminas de cobre para grabados en aguafuerte, cuyo motivo es la presa de Mezalocha.
Con posterioridad la presa de Mezalocha se terminó de reconstruir en 1903, llegando hasta nuestros días con una altura desde cimientos de 32 m, y almacenando un volumen de agua de 3.916.319 m³.
El acontecimiento de la rotura de la presa de Mezalocha en 1766, no es una efeméride que haya que celebrar, pero si conviene recordar lo que sucedió y contemplar la impresión que este hecho motivó a Francisco de Goya a regalarnos su visión de aquel momento.
Por fortuna, hoy contamos con nuevas herramientas que nos ayudan a conocer el comportamiento de una presa. Así, las nuevas infraestructuras están dotadas de sensores de auscultación en su interior que nos muestran en tiempo real sus valores y que, una vez comparados con umbrales preestablecidos, nos avisan de comportamientos anómalos o patologías. De esta forma podemos adelantar a situaciones futuras de riesgo y reducirlas o eliminarlas. En este sentido, el modo de fallo aquí descrito es muy difícil de observar en nuestros días.